Adlbi Sibai, Sirin. (2017). La cárcel del feminismo. Hacia un pensamiento islámico decolonial. Madrid: Akal. 315pp.
Me hice, no sin intriga, del libro de Sirin Adlbi Sibai La cárcel del feminismo. Al final de la lectura me deja un tanto menos extrañado, aunque con ganas de preguntar por algunas de las aseveraciones de la autora, sobre todo las que tienen que ver con un pensamiento islámico (particular), que sea universal y que, al mismo tiempo, no reproduzca el epistemicidio del pensamiento moderno-colonial. En todo caso, quedo satisfecho de mi adquisición.
La obra consta de cinco capítulos que concentran la investigación doctoral y postdoctoral reciente de Sirin Adlbi Sinai distribuidos de la siguiente manera:
- Descolonizando la cuestión
- La colonización del Islam: re-planteando las claves de la crisis del pensamiento árabo-islámico contemporáneo
- Más allá del oxímoron: feminismo islámico, islamofobia y patriarcado árabo-musulmán
- La economía discursiva de las mujeres, el feminismo y el Islam: el caso de Marruecos
- Más allá del feminismo: de la consciencia del No ser hacia una introspección diabólica intracultural
La parte más extensa es el cuarto capítulo, en el que la autora da cuenta, en primer lugar, del tema de investigación que la ocupó durante su Diploma de Estudios Avanzados sobre la polarización en el mundo de la cooperación al desarrollo español en Marruecos. Otra parte de este capítulo, una de las que he encontrado más interesantes, aborda el pensamiento de Fátima Mernissi, la desaparecida profesora marroquí conocida por su trabajo sobre la condición de las mujeres en las sociedades musulmanas, y los discursos concretos de mujeres y colectivos de mujeres en Marruecos.
Los capítulos 2 y 3 son fundamentales para entender la colonización y el “encarcelamiento” del pensamiento árabo-musulmán en el contexto moderno-colonial, así como las distinciones del feminismo islámico y su relación con la islamofobia y el patriarcado interno, pero sin duda, gran parte de lo que me atrajo al libro de Sirin fue el marco que establece en el primer capítulo y la noción de cárcel epistemológico-existencial. El sustantivo me parece muy elocuente y creo, en definitiva, que “habla” por la experiencia de una mujer árabe educada en Europa, es decir, que identifica la palabra española que mejor puede definir la colonización filosófico-cultural de un pensamiento con identidad propia imponiéndole quién, cómo y desde dónde puede hablar, ser y estar en el mundo. Además, las fuentes de las que Sirin se sirve para integrar la noción que la representa, si bien pertenecen, en su mayoría, al imaginario de la descolonización, pueden ser tan disímiles como variadas, por lo que la síntesis de la autora –una síntesis a modo, me parece, pero loable– evita perderse en estrecheces académicas apuntando a un interés práctico: su lectura del feminismo islámico con una perspectiva decolonial.
Sirin muestra cómo los discursos feministas que ha analizado no pueden escapar a la cárcel epistemológico-existencial de la modernidad colonizadora, ubicándose, dice “entre los espacios movedizos de la asimilación y la resistencia a los discursos coloniales” (pág. 265), planteando una estrategia “de resistencia y liberación” que comienza con una “consciencia del No ser” simultáneamente local y global. Este es, para Sirin, el primer paso de una descolonización concreta, dialógica e intracultural que servirá para renovar la consciencia del “Ser islámico”, es decir, superar el “pensamiento binario y dicotómico heredero del pensamiento griego, primero”, y del occidentalocéntrico después (pág. 268). Esta liberación debería devolver a ese “Ser islámico” al “Tawhid”, concepto central del Islam que no me atrevo a reseñar pero sí a seguir buscando en pensadores y pensadoras como Sirin Adlbi Sinabi que me permitan pensar en lo universal a través del particular y en lo concreto por mediación de un otro en tensión descolonizadora.